La sordera profesional es el deterioro de la salud más frecuente en el medio ambiente de trabajo y puede ser fácilmente evitada. Hay actualmente muchos conocimientos acerca del ruido y de la sordera como para proteger eficazmente los oídos.
Comienza poco a poco
En su principio, el deterioro se produce de manera gradual e imperceptible. El deterioro afecta primeramente la percepción de los sonidos agudos en frecuencias de 4.000 a 6.000 Hertz (Hz), como por ejemplo la percepción de las consonantes no sonoras en las palabras normales. Si se tiene dificultad para distinguir entre “listo” y “liso” es conveniente que se vaya pensando en hacer un análisis del oído.
Dos tipos de ruidos dañinos
Generalmente, dos tipos de ruido son susceptibles de dañar el oído: los ruidos intensos y prolongados y los ruidos repentinos como aquellos provocados por una explosión o por un impacto. Los dos pueden destruir las células ciliares del oído interno y esto de manera permanente.
Cada vez nos damos más cuenta de los peligros inherentes a los ruidos de impacto. Se sabe que una sola detonación violenta, como por ejemplo la de un fusil, puede acarrear daños irreparables en el oído.
El ruido de impacto es a menudo traidor porque es tan rápido que el cerebro reacciona tardíamente. El oído está dañado antes incluso de que uno se de cuenta de que ha estado expuesto a un nivel sonoro elevado y potente.
Las detonaciones violentas provocan “traumatismos acústicos” causados principalmente por golpes de martillo sobre metales, detonaciones de fusiles o de artefactos pirotécnicos. Muchos de estos accidentes ocurren en instalaciones de las fuerzas armadas o policiales, los clubes de tiro y en actividades de caza.
Más frecuentes de lo que se cree
Los traumatismos acústicos son mucho más frecuentes de lo que generalmente se cree. Mucha gente no consulta a su médico incluso si sus oídos tienen zumbidos o tintinean después de una detonación. Sin embargo, si la molestia persiste una hora después del accidente, es importante consultar inmediatarnente a un especialista de oído. Una intervención rápida permite limitar los daños o al menos disminuir los síntomas.
Sonidos violentos y agudos
Por otra parte, la mayor parte de los daños auditivos aparecen sólo después de un largo tiempo de exposición al ruido, por lo general numerosos años. Bajo la presión de sonidos violentos, una célula sensorial tras otra sucumben en el oído interno. Pero los diferentes ruidos producen efectos diversos. Cuanto más agudo es el tono del sonido, más importante es el daño o lesión. Cuando el tono es más puro, más fuerte es el riesgo. El daño es más grande cuanto más intenso es el sonido.
Las pérdidas auditivas debidas al trabajo progresan lentamente
Habitualmente los trabajadores tienen tendencia a ignorar durante mucho tiempo una disminución de su capacidad auditiva. Esto se produce tan gradualmente que ellos ni siquiera se dan cuenta.
Por ello es tan importante la realización de exámenes periódicos de la capacidad auditiva cuando se está expuesto a ruidos muy fuertes.
Lo que revela el audiograma
Esos tests se hacen por audiometría. El resultado se obtiene sobre un gráfico, que es una curva denominada audiograma, que demuestra con mucha claridad toda lesión auditiva, como se ve en la figura.
Las dos curvas muestran los sonidos más bajos (en decibeles) capaces de ser percibidos por el oído. La parte más oscura (entre 0 y 20) indica una audición normal. La curva A (azul) muestra una leve deficiencia auditiva entre 4000 y 6000 Hz. La curva B (roja) indica una baja importante de capacidad auditiva.
El audiograma es el medio más eficaz para demostrar a las personas que deben cuidar su audición y proteger sus oídos. Si el audiograma indica una pérdida auditiva, se comprenderá mejor la gravedad de la situación y la gente se protegerá más en el futuro.
A la izquierda se ve el caracol del oído de una persona con audición normal (Fig. 1).
En la figura de la derecha (Fig. 2) se ve el caracol de una persona con una importante deficiencia auditiva. Las células ciliares han sido destruidas en una superficie de 5 mm.
No todos toleran el ruido de igual manera
Pero la tolerancia al ruido varía considerablernente de una persona a otra. Algunos tienen el oído duro, mientras que otros poseen un oído fino. Esas diferencias aún no han sido explicadas completamente por la ciencia.
En un estudio llevado a cabo sobre obreros de astilleros navales, se compararon dos grupos de trabajadores. Uno de ellos comprendía a personas que habían sufrido una importante pérdida auditiva y el otro había sido afectado con una pérdida auditiva leve. Una de las raras diferencias percibidas por los investigadores entre los dos grupos fue que los que tenían un "oído duro" estaban menos estresados que los trabajadores que tenían un "oído fino".
Si una persona detesta el ruido y se siente estresado al escucharlo, es más susceptible de desarrollar una pérdida auditiva que en el caso de uno que ame lo que escucha. La experiencia subjetiva del sonido es muy importante.
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